miércoles, 7 de abril de 2010


Para todos las que estudiamos Educación, sea de la especialidad que sea, la época de prácticas es la más esperada. Llegar al cole, que te llamen "seño" o "profe, como serán los niños, y el maestro. Cuando entré por primera vez en la clase, quería que no se me olvidase ese momento nunca, queria empaparme de todas las cosas. Todos los niños me miraban curiosos, y yo estaba ansiosa de conocerlos.

Cada vez que un niño me tiraba de la camiseta para que lo escuchara, cada vez que les ataba los cordones, les sonaba la nariz, les abrochaba la cremallera, les limpiaba cuando se les caía el zumo, cuando lloraban porque se caían, cuando se reían entre ellos, cuando se peleaban y hacían las paces, cuando me daban abrazos, cuando les pedía un beso, cuando me regalan una sonrisa, cuando me pedían que les ayudara con la ficha, cuando bailábamos y cantábamos la canción de buenos días, cuando se chivaban unos de otros, cuando me hacían dibujos y decían “seño esta eres tú”, cuando te decían lo guapa que venías, cuando te miraban atentos cuando les contabas algo, y muchos otros momentos son los que hacen sentir a un maestro orgulloso de compartir experiencias con estos pequeños exploradores. Ellos te hacen sentir orgullosa de estar ahí.

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